El guacamole es una de las salsas más conocidas y representativas de la cocina mexicana. Su origen se remonta a la época prehispánica. La tradición explica que fue el dios tolteca Quetzalcoatl quien ofreció la receta a su pueblo y que luego fue extendiéndose entre las regiones de Mesoamérica.
La palabra guacamole procede del náhuatl, que inicialmente identificó esta receta como “ahuacamolli”. La denominación se basa en la unión de “ahuacatl” (aguacate) y “molli” (mole o salsa).
Actualmente, el guacamole es una receta indispensable para acompañar tacos, quesadillas, tostadas o nachos y se ha extendido a todas las cocinas del mundo.
Aunque inicialmente se elaboraba básicamente con aguacates, jitomates y chiles, con el paso de los años se han ido añadiendo otros ingredientes, como la cebolla o el cilantro. Nosotros te ofrecemos una versión con nuestro toque de ajo negro. El ajo negro combina muy bien con el guacamole, le aporta una nota dulce además de textura. Por si fuera poco, nos aporta también sus propiedades beneficiosas para la salud. El ajo negro contiene multitud de compuestos bioactivos que, unidos a los beneficios del aguacate, nos van a proporcionar una receta con un alto valor nutricional.
Ingredientes para el guacamole de ajo negro
½ cebolla morada
1 chile fresco
3 aguacates
3 dientes de ajo negro
Cilantro al gusto
1 tomate (opcional)
1 lima
1 chorro de AOVE
Sal y pimienta
Pasos a seguir para hacer la salsa
Comenzamos pelando y picando en pequeños trozos la cebolla y la ponemos en un bol. Picamos el chile, quitando parte de las semillas para atenuar su efecto picante. Para un ligero toque picante podemos dejar 3 o 4 semillas. Para paladares más atrevidos dejaremos más cantidad. Los incorporamos a la cebolla. Pelamos los aguacates y los aplastamos con el tenedor. Añadimos a la mezcla. Picamos en trocitos pequeños el ajo negro y añadimos. Picamos el cilantro y el tomate e incorporamos. Añadimos el zumo de limón, el AOVE y sazonamos.
Con qué tomar el guacamole
El guacamole será el acompañamiento ideal para nachos fritos de maíz o totopos, que usaremos a modo de cuchara para comer directamente del bol donde lo presentemos. También va muy bien como relleno o acompañamiento de nuestras fajitas. Es delicioso simplemente untado en rebanadas de pan crujiente o para acompañar aperitivos y canapés. Además, el guacamole puede ser una saludable guarnición para nuestros platos principales (acompañando un pescado a la plancha, por ejemplo).
Consejos para refrigerar el guacamole
Lo ideal es hacerlo al momento de servir, pues el aguacate es un alimento que se oxida con rapidez y en poco tiempo nos encontramos con un guacamole de color marrón, comestible pero poco apetecible. No obstante, si queremos hacerlo con unas horas antes de servir debemos guardarlo en la nevera cubierto con film transparente. Una buena idea es compactarlo bien en el bol y cubrirlo con una finísima capa de aceite a modo de película protectora. Esto hará que el aguacate no entre en contacto con el oxígeno y evitará su pardeamiento. A la hora de servir solo tenemos que romper la película mezclando bien y decorar con unas hojas de cilantro, trozos de chile, ajo negro….