El ajo es un alimento conocido por sus múltiples propiedades para la salud. Su consumo con fines terapéuticos viene de la antigüedad. Tanto en el antiguo Egipto como en Grecia, se ha consumido por sus propiedades bactericidas o para sanar problemas de circulación. El mismo Hipócrates, conocido como el padre de la medicina, lo recetaba para varias dolencias.
En la actualidad son varias las propiedades que podemos otorgar a este famoso alimento, entre ellas destacamos:
Fortalece el sistema inmunológico
Algunos de los compuestos bioactivos presentes en el ajo ayudan al sistema inmunitario, contribuyendo a mantener su mecanismo de defensa natural.
Regulación del azúcar en la sangre
El ajo aumenta la sensibilidad a la insulina del cuerpo, teniendo un efecto positivo en el metabolismo del azúcar. Mejora el efecto de la insulina debilitada y ayuda a equilibrar los niveles de azúcar en sangre.
Contiene aliina
En los últimos años, varios estudios han señalado que la aliina, presente tanto en el ajo negro como en el ajo común, presenta propiedades antioxidantes.
Contiene prebióticos
Los prebióticos, que actúan estimulando el crecimiento y/o la actividad de alguna de las especies de bacterias que aportan beneficios a la salud del organismo, se encuentran presentes de forma natural en el ajo.
Contiene sacáridos:
Otro interesante grupo de componentes hallados en el ajo son los sacáridos. La principal función de los sacáridos es la de brindar energía inmediata (no en vano son la principal fuente de energía).
Para evitar el mal aliento, tras consumir ajo se pueden masticar hojas de menta fresca, hierbabuena o incluso perejil. Comer manzana después de consumir ajo crudo también ayuda de forma considerable a reducir el mal olor. Otra alternativa consiste en enjuagar nuestra boca con medio vaso de agua con una cucharadita de bicarbonato. Si no tenemos mucho tiempo podemos masticar chicle para refrescar el aliento, lo que disimulará el olor y estimulará el flujo salival, ayudando a eliminar las partículas de ajo de nuestra boca. Otras personas a las que desagrada el olor a ajo optan por consumir ajo negro. Este subproducto del ajo está repleto de beneficios para la salud y, sin embargo, goza de un sabor dulce y un contenido menor en compuestos organosulfurados, lo que elimina la sensación de picor y mal aliento característicos del ajo crudo.
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