Cómo conservar las cebollas para que duren más tiempo

La cebolla es un ingrediente básico en las cocinas de todo el mundo. Ya sea en sofritos, ensaladas o como base de caldos y guisos, su presencia es casi imprescindible. Sin embargo, muchas veces no sabemos cuál es la mejor manera de almacenarla para evitar que se estropee o brote. La cebolla es un bulbo que pertenece a la familia de las Allium, como el ajo o el cebollino, y al igual que sus parientes, necesita unas condiciones específicas para conservarse adecuadamente. En este artículo te explicamos, paso a paso, cómo conservar las cebollas —enteras, cortadas e incluso la cebolla negra— para prolongar su vida útil y evitar así el desperdicio alimentario.

Almacenamiento de cebollas enteras

Las cebollas enteras, sin pelar, se conservan mejor en un lugar fresco, seco, oscuro y bien ventilado. La humedad o la falta de circulación de aire puede favorecer la aparición de moho. Evita almacenarlas en bolsas de plástico, ya que retienen humedad. 

Consejos clave:

  • Temperatura ideal: entre 10 y 15 °C.
  • Evita la nevera: el frío excesivo puede ablandarlas y acelerar el crecimiento del brote.
  • Evita la humedad y la luz directa

¿Cómo guardo cebolla cortada?

Una vez que cortamos una cebolla, su vida útil se reduce considerablemente. Para conservarla correctamente:

  • Envuélvela bien con film transparente o guárdala en un recipiente hermético.
  • Colócala en la nevera, preferiblemente en el cajón de las verduras.
  • Consúmela en un plazo de 3 días.

Si notas que empieza a cambiar de color, huele fuerte o tiene una textura viscosa, debes desecharla.

Cómo conservar cebolla negra

La cebolla negra es un producto derivado de la cebolla que se obtiene mediante un proceso de maduración controlada. Durante este proceso se producen una serie de transformaciones que resultan en un nuevo alimento con unas características sensoriales sustancialmente diferentes a las de la cebolla fresca: presenta un sabor marcadamente más dulce y menos picante, así como una textura blanda y color oscuro. 

La cebolla negra se considera un producto gourmet que se consume directamente como aperitivo o se utiliza en la alta cocina para la preparación de salsas y condimentos, especialmente carnes, ensaladas y postres. También es consumida por su alto perfil nutricional y alto contenido en compuestos bioactivos.

Tras su envasado, la cebolla negra es sometida a lo que conocemos como un proceso de pasteurización. Este proceso permite conservarla a temperatura ambiente (siempre que sea por debajo de 25ºC) hasta su apertura. Una vez abierto el envase debe mantenerse en la nevera hasta el final de la fecha de consumo preferente indicada en el envase. 

Contenedores adecuados

Lo ideal es utilizar cestas de mimbre, bolsas de malla o cajas de cartón perforadas. Tradicionalmente, sobre todo en pueblos y zonas rurales, los ajos y cebollas  se han conservado en tarros de cerámica con pequeños orificios que permiten su transpiración. Estos tarros son ideales para mantener el producto en buenas condiciones, ya que impiden que pase la luz y al mismo tiempo los orificios permiten que al aire circule. Aunque estos tarros han sido típicos de las cocinas más tradicionales, hoy en día hay modelos muy actuales que sumarán un punto decorativo en nuestras cocinas. Nuestro pueblo vecino, La Rambla, Córdoba, es un referente en la fabricación artesana de esto tipo de envases de cerámica.

¿Es recomendable refrigerar las cebollas?

En general, no se recomienda refrigerar las cebollas enteras. La humedad y el frío de la nevera alteran su textura y favorecen el brote del germen. Cuando decimos que no se recomienda refrigerar las cebollas, no nos referimos a cebolletas o cebollas tiernas, las cuales tienes unas condiciones especiales de conservación y sí se recomienda guardarlas refrigeradas. 

Excepciones:

Cebolla ya pelada o cortada.

Cebolleta y cebolla tierna, que es más perecedera.

¿Se pueden congelar cebollas crudas?

Sí, las cebollas crudas se pueden congelar, pero es importante prepararlas correctamente:

  • Quítales la piel y corta las cebollas según el uso que les vayas a dar (en aros, dados, juliana…).
  • Usa una bolsa apta para congelación y llénala de forma que quede plana. Haz unas suaves marcas con el canto de un cuchillo, para que quede dividida en porciones. Saca la mayor cantidad de aire posible. Con mucho cuidado llévalas al congelador. 
  • Otra forma de congelarlas más sostenible consiste en introducirlas en un envase hermético reutilizable. Para ello, te recomendamos que uses un poco de papel de horno en la base y así evitar que la cebolla se quede pegada.

Es importante saber que si congelas las cebollas, cuando las descongeles no estarán tan crujientes como antes. Por eso, la cebolla descongelada es apta para cocinar, pero no para recetas en crudo. 

Puedes descongelarla en la nevera previamente, aunque no es necesario, con añadirlas a tus recetas directamente del congelador será suficiente. Las altas temperaturas de la cocción la descongelaran rápidamente. 

Con estos consejos, esperamos que puedas conservar tus cebollas mucho más tiempo, puedas ahorrar un poco en la cocina y evitemos el desperdicio de alimentos.