Los momentos clave de la cosecha de la cebolla

Los momentos clave de la cosecha de la cebolla - Ajos La Abuela Carmen

Si ya tienes experiencia en el cultivo de alimentos, habrás aprendido que uno de los errores más comunes es no plantarlos en el momento adecuado de su ciclo.

La época de siembra de la cebolla vendrá determinada por la variedad. Para obtener nuestra famosa cebolla negra, cultivamos variedades como la reca o la chalota. La siembra de estas variedades se realiza en el mes de febrero y bajo condiciones controladas, preferiblemente en invernadero o en interior, trasplantándose definitivamente a la tierra en primavera.

¿Cuándo se recogen las cebollas?

Cuando la cebolla ya está en condiciones óptimas para su recogida, podemos ver que sus hojas comienzan a secarse y observamos una caída del cuello de la planta. Es muy importante recogerlas en días secos, ya que este bulbo requiere ser secado en el terreno durante unos días antes de poder almacenarlo. Para las cebollas cultivadas en febrero, el momento idóneo de su cosecha es a finales de julio y principios de agosto. Una recogida demasiado temprana provocaría bulbos que tardarán más en secarse y de menor peso, lo que afectará el rendimiento de nuestra cosecha. Por el contrario, una cosecha tardía podría generar problemas de insolación y quemaduras de los bulbos, por estos motivos es muy importante cosechar nuestras cebollas en el momento adecuado.

Métodos y condiciones ideales para la cosecha

Para el cultivo de la cebolla lo primera que debemos hacer es analizar el suelo y comprobar las necesidades de nutrientes de la tierra. El análisis del suelo de cultivo nos indicará los abonos que habrá que aportar. Posteriormente, procederemos a las habituales labores previas a la siembra con los diferentes aperos agrícolas, que dejarán el suelo en las condiciones adecuadas de textura. La cebolla requiere un suelo esponjoso, permeable y profundo, ya que se trata de un bulbo. Las condiciones ideales para obtener una buena cosecha de cebolla pasarán por una primavera fresca y un comienzo de verano no muy caluroso. Debe tener una buena exposición solar. La cebolla es muy sensible a los excesos de humedad, sobre todo en la fase final del cultivo.

Post-cosecha y conservación

Cuando las cebollas son recolectadas deben pasar un proceso de secado que tiene como objetivo eliminar el exceso de humedad de los bulbos y secar sus hojas y escamas exteriores. Esto propiciará el correcto cierre de bulbo y evitará que puedan aparecer ciertas enfermedades en la planta.

Para ello las cebollas se colocan en hileras sobre el terreno, procurando que las hojas de una hilera de bulbos cubran los bulbos de la otra hilera, evitando así las posibles quemaduras causadas por el sol. Deberán permanecer varios días en el campo hasta que hallamos conseguido el secado adecuado. El cuello de la planta deberá estar bien cerrado y las capas externas secas.

Una vez secas, se procede al corte de las hojas, dejando un cuello de unos 2 ó 3 cm de longitud. Se eliminan las raíces y los posibles restos de tierra.

Para almacenarlas correctamente deben ser llevadas a un lugar oscuro, seco y aireado en pilas de unos 20 cm de altura. Lo ideal será en envases perforados que permitan que el producto esté bien ventilado.