Ajo para el Sistema Inmune: Mitos y Verdades

El ajo (Allium sativum) ha sido valorado durante siglos no solo por su distintivo sabor en la gastronomía, sino también por sus propiedades medicinales. En diversas culturas, se le ha atribuido la capacidad de fortalecer el sistema inmunológico y combatir enfermedades. Pero, ¿qué dice la ciencia moderna al respecto? Exploremos los mitos y realidades sobre el ajo y su impacto en nuestras defensas naturales.

Como decíamos, la creencia en las propiedades protectoras del ajo contra enfermedades tiene raíces muy antiguas y se basa en observaciones empíricas y contextos culturales, así que primeramente hagamos un repaso sobre estás propiedades:

Uso en la Medicina Tradicional: En civilizaciones como la egipcia, griega, china e india, el ajo se utilizaba con fines medicinales mucho antes de que existiera la ciencia moderna. Por ejemplo, los antiguos egipcios lo daban a los obreros que construían las pirámides para mejorar su fuerza y resistencia, creyendo que ayudaba a mantener la salud y prevenir enfermedades.

Propiedades Antimicrobianas Visibles: Aunque no conocían los microbios, las personas de la antigüedad notaban que el ajo ayudaba a conservar alimentos y curar heridas. Su olor fuerte y su efecto al aplicarlo en la piel o ingerirlo podían haber sido interpretados como señales de sus propiedades curativas.

Protección en Epidemias: Durante epidemias como la Peste Negra en la Edad Media, se creía que el ajo podía proteger contra las enfermedades. Esto se debía en parte a su capacidad para mejorar la circulación y posiblemente aliviar algunos síntomas de infecciones menores.

Influencia de la Medicina Humoral: En la antigua Grecia y Roma, la medicina humoral (que creía que la salud dependía del equilibrio de cuatro humores en el cuerpo) consideraba que el ajo ayudaba a equilibrar estos fluidos, especialmente por su efecto en la digestión y la circulación.

Observaciones Empíricas en la Guerra y el Trabajo: Soldados y trabajadores a menudo llevaban ajo para mantenerse saludables. La observación de que quienes consumían ajo parecían menos propensos a enfermar reforzaba su reputación como protector de la salud.

Estas creencias, aunque basadas en observaciones sin el respaldo científico de hoy, coincidieron con descubrimientos posteriores sobre las propiedades antimicrobianas y antioxidantes del ajo, confirmando que había algo de verdad detrás de las prácticas tradicionales.

Dando un salto en el tiempo, de nuevo en la edad contemporánea, hablemos de los compuestos bioactivos que parece ser tienen efectos positivos en la salud, centrándonos en el impacto en nuestros sistema inmunológico:

Alicina:  El compuesto bioactivo más conocido en el ajo es la alicina. La alicina es un compuesto organosulfurado que se libera cuando se fractura, corta o machaca el bulbo. Es por ello que el ajo muestra su particular olor cuando lo cortamos o machacamos. Es la alicina entrando en juego. A la alicina se le atribuyen efectos antibióticos. También se ha demostrado actividad in vitro contra Candida albicans, algunas especies de Trichomonas, Staphylococcus aureus, Escherichia coli, Salmonella typhi, S. paratyphi, Shigella dysenteriae y Vibrio cholerae. Hay estudios que describen la alicina como un agente hipolipemiante. Esta acción fue el motivo de la investigación de la actividad antitrombótica del ajo. También hay estudios que le atribuyen propiedades antioxidantes y eliminador de radicales libres.

Lisina: Es un aminoácido esencial, desempeña funciones en el organismo tales como mejorar la función inmunitaria y gástrica, favorecer la producción de anticuerpos, asegurar la absorción y distribución del calcio, participar en la reparación celular, en la síntesis de colágeno y en la producción de todas las proteínas musculares junto con la vitamina C.

Triptófano: Un aminoácido esencial necesario para promover la liberación del neurotransmisor serotonina, involucrado en la regulación del sueño y el placer. La falta de triptófano puede contribuir negativamente a cuadros de ansiedad, insomnio y estrés, lo que a su vez perjudicaría nuestro sistema inmunitario.

Betaína: La betaína se describe como un sólido incoloro cuya principal función es la de actuar como osmorregulador, protegiendo las células, moléculas como proteínas y enzimas, y tejidos como la mucosa gástrica.

Colina: Es un nutriente esencial soluble en agua. Es la molécula precursora de la acetilcolina, un neurotransmisor que está involucrado en muchas funciones, entre las cuales se incluye la memoria y el control del músculo. La colina se usa en la síntesis de componentes que forman parte de las membranas celulares del cuerpo.

Carnitina: La caranitina es una amina cuaternaria sintetizada en el hígado, los riñones y el cerebro a partir de dos aminoácidos esenciales, la lisina y la metionina. Es responsable del transporte de ácidos grasos al interior de las mitocondrias, orgánulos celulares encargados de la producción de energía.

El ajo además contiene vitaminas y minerales tales como la vitamina C, la vitamina B6, el potasio o el fósforo.

Por otro lado, entre los efectos beneficiosos del consumo de productos vegetales en general, destaca la influencia positiva sobre la microbiota. En el estado de salud general, la microbiota desempeña un papel clave, con una influencia directa en numerosas enfermedades relacionadas con el sistema inmune y la inflamación. Mediante intervenciones en la dieta se puede modificar la funcionalidad y composición de la microbiota intestinal. Los prebióticos, que actúan estimulando el crecimiento y/o la actividad de alguna de las especies de bacterias que aportan beneficios a la salud del organismo, se encuentran presentes de forma natural en el ajo.

En conclusión, el ajo es un alimento con propiedades que pueden beneficiar la salud del sistema inmune gracias a sus compuestos bioactivos y nutrientes esenciales. Sin embargo, no es una cura milagrosa ni un sustituto de un estilo de vida saludable. Consumir ajo de manera equilibrada puede ser una excelente adición a la dieta para apoyar la salud general.

¿Tiene el ajo efectos afrodisíacos? - Ajos La Abuela Carmen

En La Abuela Carmen nos esforzamos por mantener informados a nuestros lectores sobre investigaciones relevantes en el ámbito de la salud y los beneficios potenciales de productos derivados del ajo. Es importante destacar que esta información se ofrece solo con fines informativos y no reemplaza el consejo médico. Recomendamos que consulte a su médico o profesional de la salud de confianza para recibir asesoramiento adecuado, especialmente tiene alguna inquietud de salud.

Fuentes principales:

Tablas de Composición de Alimentos. Moreiras y col., 2013. (AJO)

Efecto de compuestos fitoquímicos del género Allium sobre el sistema inmune y la respuesta inflamatoria. Enrique Guillamón. DOMCA SAU, Universidad de Granada

Establishing compositional differences between fresh and fermented garlic by a metabolomics approach based on LC-QTOF MS/MS analysis Professor María Dolores Luque de Castro, Ph.D.  University of Córdoba